Ayer recibí la visita de Alberto quien me contó que su hijo menor, ya adolescente, no lo trataba bien y que desde pequeño había tenido ciertos roces con él. El objetivo de su visita era pedir algún consejo para mejorar la relación con su hijo.
Empecé a indagar sobre cómo había sido la gestación de ese niño, si había ocurrido «alguna cosa», ya fuese durante el embarazo o inmediatamente después de haber nacido. Me comentó que este hijo llegó de manera sorpresiva, que se suponía que él y su pareja ya habían “cerrado la fábrica” y que, además, la situación económica no era ideal para seguir teniendo hijos (ya tenían tres). Incluso, una vez decididos a “cerrar la fábrica”, me confesó que él pensaba que «por fin» recuperaría la atención de su esposa, quien hasta ese momento había estado volcada en los tres hijos. A medida que conversábamos, este padre descubrió que le había costado aceptar la llegada sorpresiva de su cuarto hijo, quizás por alguna o por todas las razones anteriores.
Luego le pregunté cómo había sido su relación con su propio padre. Alberto comentó que sus hermanos habían percibido la tensión de su padre, y que él nunca sintió que su padre lo mirara lo suficiente sin que esto lo hiciera un mal padre. Así, tomó conciencia de que su hijo menor era un reflejo de sí mismo y de la vivencia con su papá.
Trabajamos en una representación. Yo tomé el papel de su hijo. Animé a Alberto a decirle a su hijo (a mí) que aun con toda su vulnerabilidad como persona, él era su único y mejor papá, y que junto con su mamá, le regalaron la vida. Que en ese momento de unión física, ambos, papá y mamá, dijeron que SÍ a su vida, y que en ese SÍ no hubo error, solo amor perfecto. Que siempre sería su papá, y que siempre ocuparía un lugar especial en su corazón.
Alberto me dijo todo eso repitiendo cada frase que yo pronunciaba, y de esa forma se lo dijo también a su hijo. Este hombre, este papá, se fue muy tranquilo con una nueva visión de sí mismo como padre: un papá más humano y transparente, pero ante todo, un papá para su hijo menor.