Soy Valeria Romero, tengo 36 años y desde hace aproximadamente cuatro o cinco años comencé mi camino con las constelaciones familiares. Durante los primeros cuatro años, mi experiencia fue únicamente a través de constelaciones individuales, porque la idea de participar en una sesión grupal me generaba cierta timidez.
Sin embargo, hace casi un año me atreví a dar el paso, y ahora, participo de las constelaciones grupales.
Desde la primera sesión, mi vida cambió completamente. Siento que esta herramienta me permitió quitarme un velo que la psicoterapia convencional no había logrado descorrer.
Las constelaciones familiares me ofrecieron una mayor claridad sobre mi situación, tanto en el ámbito familiar como en el personal.
Gracias a ellas, he podido tomar mayor conciencia de mis propios procesos y de los aspectos que necesitaba trabajar para alcanzar un estado de conformidad con mi desarrollo personal.
¿Por qué la recomendarías?
Las recomiendo porque todos, sin excepción, provenimos de una familia, de un padre y una madre, ya sea biológicamente o a través de otros métodos de concepción.
Llevamos en nuestros genes las historias de nuestros antepasados y, al hacernos conscientes de ellas, podemos trazar un camino hacia el futuro con mayor claridad.
Testimonio del Taller de Constelaciones Familiares Fernando Aylwin